El cuervo y el zorro
El señor cuervo, instalado en la rama de un árbol altísimo, tenía un buen pedazo de
queso en el pico. Olía maravillosamente bien, y esto atrajo al señor zorro, que se acercó
y, con una voz dulce y melindrosa, le dirigió el siguiente discurso:
- ¡Buenos días, señor cuervo! ¡Qué buen aspecto tenéis! ¡Qué
plumaje tan fino, tan negro y reluciente! Sin duda que, si vuestro
canto se muestra acorde con tal aspecto, sois el más ilustre huésped
del bosque.
El cuervo, al oír las palabras que le dirigía el zorro, se puso
tan contento que se hinchó de satisfacción. Y para demostrar que,
en efecto, tenía una voz muy agradable, abrió el pico y, claro, soltó
el queso. El zorro, que no esperaba otra cosa, se apresuró a
recogerlo.
Antes de macharse para comérselo tranquilamente, aún le
dijo al pobre cuervo:
- Debéis aprender a desconfiar siempre de los aduladores,
que no piensan sino en vivir a expensas de aquellos a quienes adulan. Seguro que estáis
de acuerdo conmigo en una cosa: esa lección bien vale un pedazo de queso. ¿A que sí?
El cuervo, avergonzado, juró – aunque era ya un poco tarde – que jamás volverían
a robarle otro pedazo de queso.
Albert Jané
Fábulas de animales
ACTIVIDADES:
- Busca el significado en el texto de las palabras:
• Melindroso:
• Adular:
- Contesta:
• ¿Quiénes son los personajes de esta lectura?
• ¿Dónde está cada uno de ellos?
• ¿Qué dijo el zorro a propósito de la belleza del cuervo?
• ¿Creyó el cuervo las alabanzas del zorro?
• ¿Qué hizo tras escucharlas?
• ¿Qué hizo el zorro entonces?
• ¿Qué le dijo el zorro al cuervo antes de llevarse el queso?
• ¿Qué pensó el cuervo entonces?